domingo, 14 de diciembre de 2008

My cherry night

Es innegable que, la forma de rodar de Wong Kar Wai es muy particular y característica. Así como la elección de sus bandas sonoras. Crea una atmósfera que, por insulsa que pueda resultarnos la historia que nos pretende contar, hace que valga la pena verla. Es puramente visual, y, en este caso además, auditiva, lo que personalmente me hace más receptiva y sensible a su visionado. El juego de cámara lenta perfectamente sincronizada a la música me ha envuelto en esa aura, que tan bien sabe crear como un funambulista de ilusiones, totalmente ajena a la plasmación de la realidad más cruda que tanto me gusta defender en lo que respecta a cine, y, manipulando al espectador al mismísimo estilo que los grandes farsantes desenmascarados del séptimo arte.

No negaré que detesto a quienes guardan la forma por encima del fondo, sin embargo, y es una contradicción en mí, confieso en afirmar que, unas formas bien tratadas bien merecen reconocimiento. Aquí Wong Kar Wai se luce, es un maestro a la hora de crear ensoñaciones. La historia no pasaría de una peliculita romanticona, noña y rematadamente cursi, con tintes de pseudo-profundis, concepto que acabo de acuñar para definir aquello que pretende ser trascendente, pero que me resulta de lo más superficial, sin todo ese tratamiento en las formas. Sí, por supuesto que los sentimientos y las emociones deben mi más sagrado respeto. Que el sufrimiento de seres dejados cuando siguen amando no debería ser diana de mi más cruel ensañamiento, si incluso asistimos a derramamiento de sangre. Y es que parece que, lo mío sean las críticas a los viajes de conocimiento personal, bueno, tal vez sea que, debido a mi falta de recursos para emprender viajes a lo largo de la geografía, no me ha quedado otra que, conocerme estáticamente, desde el mismito sitio en el que me encuentro, sin dar más pasos que los necesarios para cruzar la calle que para ir a comprar al super, y es que, claro que he entendido el sentido metáforico del mensaje, sólo que yo, no necesito que ese rodeo sea literal.

No me convence que zurza una historia gracias a los retales de otras, pero bueno, eso me da que pensar que en el fondo (o la superficie) somos en realidad mucho más párasitos de lo que nos creemos y mamamos de los demás para hacernos a nosotros mismos.

La historia de la chica que se queda dormida trás la ingesta de tarta de arándanos, como terminaría describiéndola, o recordándola, no se aleja a las historias de hadas y princesas a la espera de ser rescatadas por el beso de un príncipe azul. Claro que, en esta ocasión, la princesa no se queda de brazos cruzados y emprende su propia aventura, tiempos modernos, pero en el fondo, mismo disfraz. Eso sí, me ha gustado volver a soñar un rato, aunque luego sea para dejarme la sensación de que despierto de una pesadilla.

No me gusta que el cartel sea la escena que cierra la película, menudo destripe, aunque supongo que es lo de menos, desde el primer fotograma se adivina el final. Tampoco la reutilización del tema principal de In the mood for love, me ha chirriado bastante, por lo demás, la banda sonora excelente. Todavía suena en mi cabeza ese clásico de Otis Redding viendo a David Strathairn destrozado, hecho trizas, brillante en su interpretación, así como su compañera de reparto Rachel Weisz, en un papel muy femenino y sofisticado con reminisencias a la anteriormente citada In the mood for love.

Y bueno, dejando gafapastadas aparte, hay algunas ideas que se pueden recoger y son realmente interesantes, algunas reflexiones de la protagonista que deja constancia en esas cartas, vítores para este canto a la comunciación escrita, luego hay otras que apestan bastante, como eso de que hay puertas que por abiertas que estén ya no hay nadie dentro... ehem... no se ha utilizado nunca, noooooo

Efectivamente, debo reconocerle a alguien que, este film no pasará por uno de los grandes ni por asomo pero, para la noche de hoy (ayer, si contamos que ya pasa de la medianoche), me ha venido muy bien verla, me ha entretenido, aunque no emocionado. Era la recomendación de un amigo (lo que no se si después de leer el post seguirá con las ganas de recomendarme otras pelis), a propósito, la peli no es otra que My blueberry nights.

En fin, que hubiera preferido que fuera my cherry night.