miércoles, 21 de mayo de 2008

Frikismo

Hace un par de días abrí un nuevo blog. No sabía en su momento, producto de una idea fulminante surgida a raiz de una entrada publicada por Renton en su blog, si este blog quedaría como anécdota y broma a aquel comentario, o bien acabaría desarrollándolo.

Me explico: El blog no requiere mucho esfuerzo, por así decirlo, se escribe solo. Más que sólo es el resultado de la suma de los comentarios que aporto en los diferentes blogs que frecuencio. La idea es publicar en cada entrada cada comentario que haga en cualquier blog. Por una parte es, una muestra más de mi egocentrismo y por otra, una forma de dar a conocer "más enlaces, más enlaces" los blogs que encuentro interesantes, o bien si voy a parar a alguna entrada que me pueda parecer oportuna difundir.
No es que mi blog lo visiten millones de personas a diario precisamente, pero me basta con que quien venga a parar aquí, o los lectores habituales, puedan tener en sus manos (concretamente en su dedo al clicar el botón de su ratón) el conocimiento de dichas entradas.

Probaré el experimento durante un tiempo y este mismo dirá. Tampoco es que últimamente bloggée mucho, y suelo comentar todas las entradas de los blogs que asiduamente visito (lo cual puede colapsar, pero bueno, con no leerlo si no se quiere es suficiente), y sí puede ser una forma de conocer espacios que no se habían visitado.

Ahí lo dejo por el momento. Los que me soportais en vuestros comentarios quedais advertidos.

Cambio de tercio,
Ayer no pude disfrutar de la primera selección de los candidatos a participar en Eurovisión, ohhh... que lástima!!! Tampoco seguiré la gala en su día, creo que ese día tengo hora para hacerme la pedicura, pero me mantendré informada (por cojones, digo, por presión mediática) del ganador/a/es/as (uff... esto de ser políticamente correcta es agotador/a).

Me voy a mojar, y sin haber visto a todos los participantes, mi favorito es el representante de Bosnia-Herzagovina.


miércoles, 14 de mayo de 2008

Número 4

Hay días en los que te apetecería acabarlos como esas series que dan por TV. La voz en off de la protagonista resumiendo la jornada, llegando a conclusiones de los acotencimientos vividos y concluyendo conflictos que no volverán a abrirse, pues habrá otros nuevos y diferentes para futuros episodios. Pero la vida no es una teleserie (esta frase, por real que sea, me suena de haberla oído precisamente en alguna de esas capsulitas de ficción simuladoras de realidad), lo digo yo, que no tengo ninguna cámara enfocándome que me de un respiro una vez ha dejado de grabar, ni lo digo bajo el dictado de un guión milimétricamente elaborado. Los focos no se apagan y aquí la historia no finaliza con un beso al final del capítulo, ni nadie cobra y se van tan contentos a casa. Aquí el beso no deja de ser el comienzo de una nueva fase (lo que sería la continuación de la trama en posteriores episodios) Nunca termina, vale, existen cameos, personajes a los que se les da de baja y nuevas adquisiciones, pero no hay finales cerrados para las historias. Es ahí donde quería ir a parar.
Me gustaría poder escribir algún tipo de moraleja, con rotundas y contundentes frases. Así pues, aunque la propia vida la vivamos en ocasiones como fragmentos que en forma de módulos pudiésemos extrapolar con su principio y su final, la historia continua. Y deberemos seguir esforzándonos, encabronándonos algunas veces, pero siempre, eso sí, con las ganas de volver a empezar a la mañana siguiente.
Retardar las reacciones hasta que comiencen a calmarse las emociones intensas y valorar las experiencias normales cotidianas.


miércoles, 7 de mayo de 2008

"La pena no es más que alegría agotada" (Kurt dixit)

Ya puedo hartarme de ir al cine (vale, tampoco voy tanto, ni como quisiera ni como la economía me lo permite), pero aunque así fuera, las propuestas que no llegan a nuestras carteleras son muchas veces infinitamente mejores.

Es el caso de Old Joy, mucho más suculenta y menos pedante que films que alcanzan la exhibición en múltiples salas del país gracias a una exasperante promoción, aun habiendo pasado sin pena ni gloria por festivales de prestigio, pongamos como ejemplo el de Berlín, y digamos sin menos sutilezas, que podría estar hablando de Elegy... Que sí, que por supuesto me alegro que el cine de casa (o hecho por alguien de casa) tenga su sitio bien acomodado, pero me repatea, lo he dicho infinidad de veces y lo seguiré repitiendo hasta la saciedad, que se queden sin mostrarse en la gran pantalla (salvo en festivales y demás que no todos podemos permitirnos ir a visitar) películas magistrales, de una gran calidad cinematográfica en todos sus aspectos: Fotografía, guión, música, dirección, interpretación... ¿Porqué son tan elitistas los circuitos por los que se mueven este tipo de película? Una cosa es que al cine independiente (el propiamente dicho, no ese otro que va de indie cuando sabemos que todo es pura fachada) no tenga recursos económicos para promocionar sus películas, pero me niego a pensar que hoy por hoy, no hay canales de información suficiente para que el público que esté interesado pueda conocer todo cuanto se crea. Al igual soy yo que me muevo poco, pero la información me llega siempre con retraso, y como retrasada que soy, necesitaría un listado de webs a las qué acudir para estar siempre al día de las novedades cinéfilas de todo el mundo. No sólo lo que a unos cuantos parece que les interese que vayamos a ver. Tendré que conformarme con estos pequeños grandes hallazgos. De tener a mi disposición todo cuanto podría gustarme ver, la falta de tiempo me provocaría casi peor desazón que el desconocimiento.

Después de esta introducción me adentro a no comentar en exceso la película en cuestión.

Aparentemente, dos tipos más allá de los 30 paseando por el bosque en busca de unas aguas termales puede no atraer demasiado. Más si alguien te da el chivatazo de que durante la poco más de una hora de peli no sucede nada, resulte menos atractivo su visionado, pero, si alguien te dice: Tienes que verla por varios motivos, la cosa cambia.

El fascinante viaje al mundo de las sensaciones/sentimientos/pensamientos que irremediablemente vas a experimentar mientras la ves. La balsámica banda sonora que acompaña unas imágenes apacibles y nostálgicas. La sensibilidad con la que la directora capta y emana a través de todos los poros del celuloide, el intento de reconstruir lo que una vez fue y no volverá a ser entre dos amigos que ya nada tienen en común, salvo el cariño que los años les ha mantenido uniendo en sentimiento. Los silencios, mucho más llenos de contenido que todos los posibles vácuos diálogos con los que podrían haber pretendido tratar de explicar lo que con unas miradas y gestos tan bien describe la historia que nos están narrando... Estos serían algunos de los motivos para verla.

Uno de los personajes (Kurt) en un momento álgido del metraje afirma la siguiente frase: Nunca me he metido en nada de lo que no pueda salir. Alejándose con ello de toda responsabilidad y compromiso convencional. Aun así, en la escena final, aparece vagando por esas calles de paisaje nocturno entre las luces de la ciudad, perdido y sin rumbo, buscando... (y aquí quien la ve, tiene libertad absoluta de pensar lo que quiera)

Más información sobre Old Joy en: no-wave! (Trailer incluido)

sábado, 3 de mayo de 2008

Etapas

Te juro que lo he notado. Estaba en casa y he oído como algo rodaba en el piso de arriba. Las paredes empezaban a resquebrajarse y a temblar, el techo cedía ante la inminente falta de sujeción, entonces de repente he sentido como este se derrumbaba sobre mi cabeza. El vértigo se ha apoderado de mí y todo a mi alrededor ha comenzado a girar, a dar vueltas. La vista se me ha nublado y me he desplomado en el suelo al desmayarme.

Al recobrar el conocimiento todo volvía a estar en aparente orden. Me he arrastrado hasta la cama. Mi cabeza sufría un incesante martilleo. Ha sido entonces cuando las sábanas han engullido la poca cordura que me quedaba y unos grilletes de cuero han aparecido en mis muñecas y tobillos. Inmovilizándome. Sin otra opción que seguir vigilando el techo.