jueves, 28 de julio de 2011

Ideas encadenadas

Ayer me llegaba, por distintas vías, información del temporal de lluvia que estábamos sufriendo en Girona. Que si había salido en las noticias que la gente estaba atrapada, que si estaban evacuando a personas y vehículos a causa de las inundaciones, que, incluso, se había producido el desprendimiento de la cobertura de una fachada y habían tenido que cortar el paso a una de las calles céntricas de la ciudad mientras no llegasen los bomberos, y oh, mi sorpresa, cuando descubro que esa calle es mi calle, la misma calle en la que vivo y desde la misma calle en la que llevaba toda la tarde sentada frente al ordenador. Lo extraño es que se pudiera enterar antes un señor que vive en china sobre dicho incidente pasado a tan sólo unos metros de mi casa, antes que yo... Luego resultó ser que se había descorchado un poco, a la altura de un metro del suelo, el yeso de la fachada de un edificio antiguo y abandonado en el que hay una especie de nave industrial o antigua estación eléctrica, no se bien lo que es, pero un edificio de viviendas estoy segura de que no lo es.

Esto me lleva a reflexionar, u obviedad más que acusada, que estar conectados no es igual a estar bien informados. Miré a través de mi ventana y no pude alcanzar a ver si lo que me decían a través de esa otra ventana era cierto, la verdad es que ese inmueble está situado al principio de la calle, y mi domicilio está más bien al final, con lo que mi mirada no llegaba. Esta mañana, cuando salí de casa y pasé por delante pude constatar con exactitud lo sucedido, y francamente, no sólo distaba mucho de ser noticia, si no que ni siquiera podía considerarse anecdótico.

El caso es que estamos permanentementes atados a unas esposas, algunos le llaman venda, yo digo ligados y presos de nuestras propias limitaciones, porque una venda te priva de ver, y francamente, muchos no estamos ciegos, aunque en cierta medida nos negemos a ver la evidencia, sin embargo, las autoataduras que nos imponemos, según la ocasión pueden resultar graciosas, otras grotescas, otras frustrantes, en todo caso un impedimento, pretendido o no, que nos inhabilita para construir. Aunque sean dibujos en el aire, somos lo que hacemos y no lo que vemos.

PD: Me ha quedado una entrada caótica, desordenada, probablemente poco inteligible, pero por ahora es lo que hay, hace tiempo que no publicaba, de hecho, el mismo que no escribía nada, nada más allá que la lista de la compra... tendré que desengrasar mis cadenas, no se si me explico...



5 comentarios:

Arual dijo...

Querida Pi, el de China se habrá enterado pero desde donde vivo yo no sabía nada de las inundaciones de Girona, qué fuerte!!! Aisss es que sólo me entero de las noticias vía Twitter o por la radio y a ratitos....

El Impenitente dijo...

¿Cuándo ha aprendido Elvis a tocar el piano?

No te explicas, no. Pero te entendemos.

¿Limitaciones? Percibimos en tres dimensiones a través de cinco sentidos. ¿Te parecen pocas? Luego a éstas ya añade cada uno a su gusto lo que le parece.

fan nº4 dijo...

globalización estúpida o estupidización global, sabemos que un chino bebió gasolina durante años, que se produjo un motín en una cárcel mexicana pero desconocemos que nuestro vecino está enfermo o lucha contra los desahucios.

yo de mayor quiero ser sostienemicros de celebrities...

JRB dijo...

Yo tampoco me había enterado de que se había inundado Girona (y hasta ayer tampoco sabía que Lleida existe, aunque eso tampoco importa mucho). En fin, así es el mundo de la información. Pero para tormentas las nuestras, que ayer tarde parecía que se acababa el mundo.

SisterBoy dijo...

La confrontación entre la realidad verificable por nuestros sentidos y lo que redacta un becario atolondrado durante el mes de Agosto es una dura prueba para nuestra fe en los medios de comunicación.