De acuerdo, chiste macabro y de mal gusto, pero ¿ Acaso no es hoy la noche de difuntos? ¿Qué más negro que celebrar la noche de los muertos? Y luego al día siguiente todos a llevar flores a nuestros difuntos...
Ya sabemos que toda celebración no es más que un pretexto para pillar una buena castaña. Que menos que en la castañada rendir semejante honor a tan exquisito fruto.
Hoy le he dado calabazas a los panallets, que otros años he cocinado junto a mi hijo haciendo de ello ya una tradición entre nosotros, pero no está el horno para bollos, o mejor dicho, la economía para piñones... y si resulta más económico prepararlos en casa que comprarlos en la pastelería, todavía no salen lo suficientemente baratos para estos tiempos de crisis por los que atravesamos. Aun puedo cruzar los dedos y decir que conservo el empleo, pero claro, en casa ahora somos tres y un solo sueldo sustenta la economía doméstica, con lo que debemos apretarnos (aun más) el cinturón, y si el próximo día 20 sale el Sr Rajoy y empieza a impartir las medidas anticrisis que se van anunciando a cuentagotas (por algo será...) lo llevamos claro. No se como lo vamos a hacer con un sueldo todavía más reducido del que ya tengo... En fin...
Pero, ¡¡¡Alegría, alegría!!! ¡Que son Fires de Girona! Las calles están repletas de gente (imagino que paseando, porque las tiendas las suelo ver igualmente vacías) Yo que vivo en el centro para bien o para mal, me tengo que tragar todos los eventos que suceden en la ciudad en días de fiestas. Las ferias artesanales (las cuales miro de lejos, porque total, ¿Para qué acercarse? Se me hace la boca agua sin poder comprar nada, y no es que sufra yo precisamente de un espíritu consumista, ¡¡¡ Pero hombre!!! Unos embutidos, un queso, unos mazpanes... ), las ferias con sus atracciones (a 3 euros la más barata) con lo que se sube un crío a tres y ya te has dejado 10 euracos. Y aun así, ayer fuimos, que menos que para un niño de 8 años que vive en el meollo que acercarse una tarde. Lo contento que se puso, y lo feliz que dijo sentirse en su día de Ferias (creo que más por hacerme feliz que por lo que él en el fondo desearía, como cualquier crío, subir a todas las atracciones que se le antojasen). Mi hijo no pide nada, acepta lo que se le da con la mayor de las ilusiones y además lo agradece. Digo esto y casi me cae rodando mejilla abajo una lagrimita... En serio, jamás me cansaré de alabar el buen corazón que tiene mi hijo.
Hoy han faltado los panallets, los boniatos y las castañas en casa, pero a cambio les he ofrecido una noche de "Spanish-Halloween" temática: Para cenar crema de calabaza, tortilla de patatas con pan con tomate y de postre pastel de calabaza. Y a ver "La Novia Cadáver" que dan por la 2 con unas chuches con formas de ojos, dedos y bocas vampíricas. Lo más importante, estamos juntos en casa (hoy tengo descanso laboral) y disfruta de una de sus pelis favoritas junto a su prima. ¿Qué más se puede pedir?
Cuando recuerdo que mi madre me explicaba de niña que cuando ella también lo era, siempre dejaba la zapatilla en la ventana la víspera de Reyes. Y no le caía nunca nada, al parecer mi abuela, una buena mujer, pero quizás demasiado pragmática y poco dada a los detalles, le recriminaba que eso eran bobadas, que no tenían nada y que más daba que le pusiera algo, si además mi madre ya tenía que saber que los reyes eran los padres. Mi madre siempre me decía, por lo menos podría haberme dejado un par de mandarinas, no costaba tanto.
Y eso trato yo, que pese a no poder tener lo que me gustaría (en lo material, porque en lo espiritual y afectivo me sobra), al menos no olvidar los detalles.