martes, 11 de noviembre de 2008

VI Parte

Despertó. Un fuerte olor a orina inundaba sus fosas nasales. Estaba empapado. Se estaba convirtiendo en una costumbre eso de quedarse inconsciente y recuperar la consciencia tumbado en el suelo sobre algún charco, sólo que esta vez se trataba de uno de meados. Echó un vistazo a su alrededor, el lugar le resultaba familiar. Había estado ahí con anterioridad. Se levantó y recuperó la compostura, el hedor era realmente espantoso. Con remilgo se desprendió de la chaqueta, la prenda de vestir que más mojada tenía. Se lavó la cara y se mojó el cabello peinándolo hacia atrás con sus dedos. Palpó sus bolsillos, aparentemente tenía todas sus pertenencias: cartera, llaves, móvil... ¡zapatos!
Salío de aquel infecto servicio. Al momento, aquellas piernas junto a la barra le recobraron el sentido, todavía estaba en el bar. Debía haber sufrido un desvanecimiento en el lavabo, explicando así el porqué estaba tirado en el suelo, pero ese sueño... parecía tan real... todavía sentía un dolor punzante en su nuca, aunque era normal, pudo haberse golpeado contra algo al caer.
La mujer de la barra salió del local acompañada por otra. Eso le parecía haberlo vivido.
Sacó la cartera para pagar su café, pero al abrirla comprobó que estaba vacía. No tenía dinero, sólo un cartón emulando un carnet de identidad, como los que hay cuando compras un billetero nuevo.
-La señora pagó su consumición- Le dijo el camarero que le miraba con recelo, giró la vista hacía la chaqueta que llevaba en la mano y que goteaba ligeramente. Volvió a clavar su mirada en sus ojos.
Los viejos de la partida de dominó habían detenido el juego. También le observaban con atención. Parecían pendientes, a la expectativa de algo. Aquello estaba resultando demasiado extraño. Por suerte, no tenía que vérselas dando explicaciones de porqué no llevaba dinero cuando creía haber salido de casa con 20 euros. Por no decir la falta de sus carnets y targetas.
Era de noche y no llovía, estaba aturdido y desconfiado, algo en su interior le llevó a tomar un camino distinto para acudir a su casa.
Cuando llegó al portal la puerta estaba abierta. Empezó a subir las escaleras. Cuando llegó al segundo piso miró hacía el 2ºA sintiendo un estremecimiento recorrer su cuerpo. Hubiera jurado que hacía pocos minutos estaba dentro de ese piso intentando llamar a la policía y siendo drogado por alguna sustancia desconocida. Se apresuró en la subida. Se detuvo frente a su puerta, pero al intentar introducir la llave no entraba. Al momento oyó ruido en el interior y como un hombre corpulento abría desde dentro de su propia casa.
-¿Qué está haciendo?- El robusto desconocido se dirigió hacía él como un energumeno empujándolo hasta golpear su espalda contra la otra puerta.
-Yo vivo aquí- Increpó.-¿Que coño está haciendo en mi casa?.
-Chalado, majareta. Ya te estás largando porque ya mismo estoy llamando a la policía.- Y cerró de un portazo.
-¡Eso! Tú llama, vamos a aclarar que mierdas está pasando aquí.
Bajó hasta el segundo piso, hecho una furia y mamporreó la puerta de la vieja. Una mujer con un niño de unos dos años en brazos le abrió. El recibidor no tenía en absoluto el aspecto en el que momentos previos él había estado. Perplejo, dió un paso atrás y miró el rótulo que indica la planta en la que estaba, no había equívoco, estaba en el segundo. No entendía nada de lo que estaba pasando.


Tú eliges:

A)Alucinado por los acontecimientos, espera en el rellano a que llegue la policía para aclarar el embrollo.

B)Recuerda que todavía tiene su móvil, lo saca de su bolsillo para llamar a su amigo Juan. No comprende la pesadilla que está viviendo.

6 comentarios:

El Impenitente dijo...

Opción B. Llama a su amigo Juan y responde Pedro que no conoce a Juan. O más que Pedro responde Joseph K.

SisterBoy dijo...

Sí, a mí también me gusta más la B). En los cuentos interesantes la gente nunca se queda sentada esperando que llegue la policía. PARANOIA FOREVER

Anónimo dijo...

También me decanto por la opción B.
Si la cartera no tiene su carnet ni su pasta; si las llaves no son las de su piso; si su piso no es su piso; si sus vecinos no son los vecinos que eran,... Su móvil... Será su móvil??... Su amigo Juan... Seguirá siendo su amigo Juan??
Qué intrínculis!!! :)

Pilar M Clares dijo...

Yo creo que llegado el caso es normal que llame a su amigo, que intente darle cordura al asunto, otro punto de vista, ¿no?

B


Besico

Lena dijo...

También la B. Aunque tampoco se si contestará Juan o quien.

Anónimo dijo...

Para cuándo la siguiente entrega??? Estoy impaciente :)