sábado, 8 de mayo de 2010

Miquel. 15 años en la calle.


Semanas atrás, leyendo una entrevista en El País conocí a Miquel Fuster. Un dibujante de cómics. Su historia me resultó muy interesante, probablemente por la dureza de su experiencia, pero sobretodo por su manera de expresarse y transmitir su mensaje. Miquel no vende su drama, al menos esa es la sensación que me da, expone su vivencia personal, como la de tantos otros en su situación durante los quince años que vivió en las calles, alcoholizado y sin ningún tipo de esperanza de futuro. Su suerte es haber tenido el talento y el gusto por la pintura, creo que eso le ha salvado de quedarse, como la inmensa mayoría en nada. Lo que me gusta de Miquel es que no culpa a nadie de su anterior situación, no vende pena, sólo expone su propia miseria. Alcoholizado, consiguió desintoxicarse gracias al apoyo de unos pocos que creyeron en él y ante todo por su fuerza de voluntad, pues por más que haya quien esté dispuesto a echar una mano, sin la convicción de uno mismo no hay resultado alguno positivo.



Hoy vuelvo a leer otra entrevista, esta vez en "La Contra" de la La Vanguardia. Supongo que gracias a la repercusión en Catalunya de la diada de St Jordi sumada al Salón internacional del cómic en barcelona (FICOMIC), su último libro, “Miguel. 15 años en la calle”, se está dando a conocer en todas dimensiones.

Mi pareja me preguntaba recientemente si a mí me gustaría que me regalesen algún cómic. No soy una aficionada a este tipo de lectura, pero en mis casi 36 años puedo citar algunos cuantos que sí he leído. De las diferentes categorías que existen podría decir que tiendo a los de autor y el humor gráfico. Durante años fui lectora de El Jueves. Sin olvidar que de niña leía las historias de Esther (esta es una de esas confesiones inconfesables que se hacen sólo muy de vez en cuando pues una tiene una reputación que mantener...), o los clásicos tebeos de Escobar de Zipi y Zape y Carpanta, algunos de Mortadelo y Filemón (aunque reconozco que las historietas de Ibáñez no eran mi fuerte), pasando por las tiras de Mafalda y Gardfield una vez entrada la adolescencia, y ya en la juventud, los libros de Ralph König (Lisistrata, El hombre deseado, Pretty Baby y el condón asesino, todas ellas adapatadas al cine). En la disciplina del cómic hay espacio para todo, quien crea que sólo existen tebeos para críos, tiras de humor o manga, de acción y aventuras, heroes y porno, se equivoca. “Maus” es un cómic que relata la historia de un superviviente de la alemania Nazi a su hijo Art, precisamente el autor del cómic y ganador del premio Pulitzer. Y así llegamos a la propuesta de hoy, de nuevo cito “Miguel, 15 años en las calles”, del cual tengo ganas de disponer, disfrutar de sus gráficos y leer.

6 comentarios:

Pilar dijo...

Ojalá que los amigos de Miguel, los que llenaron su vida en otro tiempo pasado, puedan leerlo también. En todo caso, todos pasamos etapas en nuestras vida que según desde ´qué punto de vista se analicen, pueden resultar abominables o simplemente lo que son, fragmentos de vida que también engordan.

Siempre que voy a ferias del libro usado busco algunos cómics para mí memorables, como los Víbora. Moebius o Crepax, Cesepe...
NO me agrada demasiado la línea Manga, a la que le reconozco y agradezco el movimeinto en el trazo.

culet culet dijo...

Gustavo Bueno: "la manifestación de determinadas intimidades puede tener el sentido de una confesión catártica, y no el de una obscenidad".
Si además lo haces con talento pues doblemente elogiable...

SisterBoy dijo...

Yo leí muchos comics en mi infancia y adolescencia (incluyendo los de Esther y su mundo :)), luego deje de hacerlo en la creencia erronea que aquello no era ya cosa de adultos.Pero resulta que sí lo era, y no me estoy refiriendo a freaks sino a gente que de verdad gustaba de comics con temática adulta o como se dijo más tarde de: novelas gráficas.

Buscaré el cómic del señor homeless.

3'14 dijo...

Pilar, bueno, algo que se le ha recriminado al libro es precisamente el precio... Sin embargo, bien a de comer de algo el hombre... Yo prefiero gastarme el dinero en esto que en financiar (a colación del post anterior) determinadas expresiones "artísticas"...

Culet, culet, lo de tu trasero sí que es una catártica obscenidad ;)

Sisterboy, y dime, tengo curiosidad, ¿Cómo llegaron a tus manos las publicaciones de Esther?

Y mientras buscas el cómic, puedes ir haciendo un aperitivo en su blog (lo he enlazado en el post)

SisterBoy dijo...

Pues a traves de mi hermana, ¡qué útiles son las hermanas y pobre de los hombres que no las hayan tenido en su infancia!.

Me gustaban sobre todo Las maravillosas historias del tío Arthur y detestaba a Cathy la chica gato

El Impenitente dijo...

Suscribo lo de las hermanas.

Y lo de "Esther" no se cura con la edad. No hace mucho Ana se compró unas cuantas historietas. -Tú no me entiendes- decía. Sí que la entiendo. Me encantaría poder volver a reencontrarme con "El Jabato".