Varias son las críticas que he leído tras el visionado de La Ciénaga, de Lucrecia Martel. Y opuestas sus opiniones. O bien la ensalzan como una magistral ópera prima de esta directora argentina, o bien, muestran estupefactos su rechazo y enfado por el sentimiento de tomadura de pelo, al no explicar nada, o nada interesante que haya por contar. Entre las filas de los decepcionados, se ha alzado, como estandarte, la acusación de presentar una narrativa pobre, con un exceso de planos prolongados; personalmente, este film me parece una delicia de contemplar, tanto a nivel visual como argumental.
La asfixiante atmósfera que consigue capturar a través de las imágenes, los diálogos y la interpretación es excelente, sobretodo por todo aquello que no se dice, por lo que se insinua con gestos, miradas y detalles. Las pinceladas, que los detractores han señalado como personajes poco definidos, permiten al espectador construir mentalmente cada una de las historias que nos muestra sin necesidad de un guión encartonado. Artficiosidad para unos, sutilezas para otros: La constante lluvia que amenaza en embarronar todo el paisaje inundando sus existencias sinsentido, los animales filmados, evidentes símbolos en cada una de sus apariciones: la vaca atrapada en el río, el conejo sobre la encimera, los perros sueltos y el ladrido del de los vecinos de Tali, que tanto asusta al pequeño Lucho, los peces que han pescado... Son elementos metafóricos que describen y acompañan a los personajes. También están las constantes alusiones a las heridas: las cicatrices de Mecha, el ojo ausente de uno de sus hijos, la cara magullada que le queda a Jose, el hijo mayor de los anfitriones, el corte de Luche en la pierna y su diente de más que le ha salido... Nada funciona correctamente en esta casa, se empeña en mascullar una de las protagonistas, y bajo esa perspectiva, difícilmente pueda hallar una solución a semejante desastre.
Pese a no haber una sóla escena de sexo, hay una elevada pulsión sexual, más allá de los límites convencionales, sin un sello con hechos que lo constanten. Eso me ha parecido entrever a mí, y diversas críticas que posteriormente he consultado han confirmado mis impresiones.
A lo largo de la película, se sostiene una gran tensión de que algo grave está por suceder, pero de todo lo que el espectador teme pueda ocurrir, nada sucede, más lo inesperado hace acto de presencia, cuando se pretendía evitar una desgracia mayor.
Me quedo pensando sobre el comentario que Tali hace al final del trailer.
Hay que hablar porque si no después es peor, las historias se repiten.
4 comentarios:
Oh que bueno que hayas descubierto esta pelicula. Yo soy un fan de esta forma de hacer cine aunque la segunda pelicula de Lucrecia "La niña santa" me gusto menos aunque también la recomiendo.
Si quiers ver otras pelis argentinas de la misma onda "Mundo grua" y "El bonaerense"
Si, hay que hablar, claro, pero controlando el tiempo, que luego la factura sube mucho, eh? :P
bsos wapa!
como no la he visto, no puedo opinar, pero a mi me parece que tiene buena pinta
besets
Tiene bastante buena pinta. Está claro que cuando una película te lo dice todo se sale del cine con la historia resuelta pero distanciada, no se hace propia. Me interesa más como dices el cine que propone porque me parece como la propia realidad ¿qué es o qué no es? es una cuestión de perspectiva y de pensamiento. Y eso es vicioso.
La veré, estupenda sugerencia.
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